martes, 31 de agosto de 2010

Crónica de BUENOS AIRES (8)

Café escoltado

En Buenos Aires un café jamás está solo.

Llega a la mesa en bella taza,

siempre acompañado por una galleta casera,

un paquetico con alfajor o chocolate.

Y agua.

Nunca sirven el café sin un vasito de agua.

Y a través de esos pequeños detalles

uno se sumerge en el verdadero sentido de la hospitalidad.

Así viajan al alma los aromas y sabores

de un cortado, un mitad y mitad,

un café con crema,

y mi preferido, con lágrima.

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