viernes, 10 de septiembre de 2010

Crónica de BUENOS AIRES (10)

Facturitas para desayuno o merienda


Me costó acostumbrarme a que las Facturas no fuesen papeles con varias copias cuyo exclusivo fin es mostrar un monto que se adeuda. Eso de ir a comprar Facturitas y regresar con un cargamento de maravillas azucaradas forma parte de las volteretas lingüísticas que los viajes trazan en la memoria.
Las Facturas son uno de las tantos aportes que la inmigración ha sembrado en Argentina. En ese caso su genealogía es plenamente alemana (viene de los Krapfen) y sus ingredientes han ido admitiendo la idiosincrasia palativa sureña, como el dulce de leche o el dulce de membrillo, amén de crema pastelera y azúcar espolvoreada.
Las Facturas se venden individuales o por docena. En muchas cafeterías sirven combos que incluyen un café —o te o mate— y dos o tres facturas, algunas de cuyos nombres nacidos a principios del siglo XX de la mano de obreros burlones de las instituciones policiales fueron bautizadas como cañoncillos, pañuelitos o vigilantes.
Las más solicitadas, sin duda, son las medialunas, que pueden ser simples —de manteca— o acarameladas o empolvadas con azúcar tamizada, como una dama japonesa que se prepara para salir a la tarde invernal.

1 comentario:

Hannah Lilith Migliavacca dijo...

"FACTURA" es un término técnico, que luego se extendió al uso del público consumidor. Se trata de diferenciar de la mera "panadería". Se prepara masa para pan en exceso, para poder dedicar lo que sobra a "la factura artesanal". La reina de la Factura es el croissant, que en Baires se denomina Medialuna y las hay de manteca y de grasa: dos maravillas, cada una en su categoría. Las mejores medialunas de Arg son las de Mar del Plata.(manteca) En Baires, Los Leones, Garay esq Salta. Las de grasa son las de La Royal (Esmeralda entre Tucumán y Lavalle-?-)No son Kasher, desgraciadamente, y el Rabinato llora.