domingo, 7 de noviembre de 2010

Algunas fobias de orden coquinario

Una fobia (palabra derivada de Fobos, en griego antiguo Φόϐος, ‘pánico’, que era la personificación del miedo en la mitología griega, hijo de Ares y Afrodita) es un trastorno de salud emocional que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. La cocina, la comida, asuntos vinculados a ella, aunque sensuales y apetecibles —o necesarios—, no están a salvo de los miedos incontrolables. He aquí un listín de preocupante carnosidad.

Alektorofobia: Miedo a las gallinas.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a las gallinas y otras aves de corral. Esta fobia normalmente se restringe a las gallinas y pollos vivos, pero algunas veces puede extenderse a los huevos o bien a los pollos ya cocidos. Muchas veces, personas con esta fobia creen que los pollos no son benignos, sino conspirativos y dispuestos a atacar al hombre, teniendo siempre un ojo sobre ti al estar cerca de ellos. Tienen miedo de atacar a un pollo por miedo de las represalias que estos animales pudieran tomar. Una medida simple que se puede tomar para ayudar a un familiar o amigo con esta fobia, es a partir de un inocente huevo duro: cuando duerma, esconderlo en algún lugar de la casa, y unos días después, gentilmente enseñarle que lo tuvo cerca todo este tiempo y nada le ha sucedido.

Blenofobia: Miedo a la viscosidad.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a la viscosidad y a las cosas de consistencia viscosa. Quienes padecen esta condición suelen temer al lodo, a la clara del huevo, a animales como los peces, serpientes, caracoles y babosas, a tocar las sustancias viscosas o a sentirlas sobre su cuerpo. Piensan que esta sustancia puede llegar a sofocarlos. La fobia es atribuida a malos incidentes en el pasado con una sustancia de estas características, y produce los consabidos efectos de ansiedad (respiración entrecortada, sudor, nerviosismo, etc.). La recuperación se basa en reasegurar progresivamente la confianza del paciente.

Carnofobia: Miedo a la carne.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a la carne.

Deipnofobia: Miedo a las cenas.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a las cenas y a las conversaciones a la hora de la cena.

Fagofobia: Temor a comer o a tragar.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a tragar o a comer. Quienes padecen de esta fobia tienen temor a tragar alimentos, pastillas, etc. Se trata de una disfagia (dificultad para tragar) de tipo psicológico, desde el momento en que al examinar el esófago los médicos no encuentran nada anormal. Esta fobia entra dentro de lo que se conoce como trastornos alimenticios, puesto que puede provocar malnutrición o pérdida de peso debido al miedo a comer. Llegado a un caso extremo, los fóbicos sólo quieren tomar líquidos o comida fácil de tragar masticando excesivamente. Se describen los síntomas como una sensación a que la garganta se estrecha, dificultándose de este modo el inicio de la deglución, y produciéndose el temor a que la comida quede atravesada en la garganta o bien se desvíe a la tráquea y produzca ahogo. Es posible que quienes padecen de fagofobia tengan un desorden psicológico subyacente. Las opciones de tratamiento se encaminan a modificar el comportamiento de la persona, reasegurándole que aquello a lo que teme tanto no constituye un peligro real. Un método es mediante ejercicios progresivos de posicionamiento de la comida (cada vez más consistente), coordinar la respiración y los movimientos de la lengua, relajar los músculos de la cara, distraerse mientras se mastica y se traga, etc.

Mageirocofobia: Miedo a cocinar.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a cocinar o preparar alimentos.

Misofobia: Miedo a la suciedad o la contaminación.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a los gérmenes, la suciedad o la contaminación. Frecuentemente es acompañado por un incesante lavado de manos. Extreman las precauciones al acercarse a la cocina y al baño, como si de lugares sagrados se tratase.

Olfactofobia: Miedo a los olores.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a oler o a los olores. Este miedo, o hipersensibilidad psicológica a los olores, generalmente ocurre en los pacientes crónicos de migraña, quienes pueden padecer de migrañas detonadas por olores. Estas migrañas son más frecuentemente detonadas por olores desagradables, pero la hipersensibilidad puede extenderse a todos los otros olores. Un estudio encontró que el 25% de los pacientes de migraña tienen algún grado de olfactofobia. Algunos pacientes tratan su migraña con cierto éxito utilizando olores agradables, tales como la menta o la lavanda.

Osmofobia: Miedo a oler.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a oler o a los olores. También se conoce como osfresiofobia.

Pagofobia: Miedo al hielo o a la escarcha.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a las heladas o las escarchas.

Pirofobia: Miedo al fuego.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo al fuego. También se conoce como arsonfobia. Quienes padecen de esta fobia temen al fuego así como a todo ello que se relaciona con las altas temperaturas. No es una fobia demasiado común, si bien algunas personas pueden experimentar este temor de algún grado. Sus síntomas (similares a los de todas las otras fobias extremas) incluyen ataques de pánico agudos, dificultad para respirar, palpitaciones, vértigo y náuseas. A veces estas sensaciones pueden volverse muy acentuadas. Muchos individuos que padecen este temor buscan afrontarlo pero muchas veces son vencidos por el miedo. Para ello, es necesario tratarse con terapia psicológica.

Pnigofobia: Miedo a ahogarse o a atragantarse.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a ahogarse y a atragantarse. También se conoce como pnigerofobia. Quienes padecen de esta fobia, temen atragantarse o ser ahogados. Esta fobia incluye el atragantarse con comida, tal como con una espina de pescado, o fumando. Una persona con este miedo evitará los lugares llenos de humo o a la gente que fuma. También pueden intentar evitar envolverse con frazadas o acolchados pesados, o salir en días de mucha humedad debido a que esto puede provocar dificultades respiratorias. Los síntomas incluyen temblor o incremento de la frecuencia cardiaca cuando se está cerca de algo que pueda causar que el fóbico se atragante o se sofoque.

Potofobia: Miedo a beber alcohol.
Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo al alcohol y a las bebidas alcohólicas. Véase también metifobia.



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