jueves, 3 de marzo de 2011

Chocolate San José

Una cata a ras de cielo


El martes al anochecer acaté —y caté— el primer llamado de Alianza Gourmet para comenzar a disfrutar del premio que obtuve en la #WineTrivia que cada miércoles realiza Maya García (@MayaSommelier): mi tarjeta, que incluye 12 catas, una botella de vino, descuentos y otras maravillas.
Ofrenda prodigiosa para un comienzo de mes medianero: una cata de Chocolate San José, producidos en la Península de Paria y que poco a poco, casi en silencio se ha ido deslizando en el mercado. Tuve la enorme suerte de compartir mesa en Soma Café con María Fernanda Di Giacobbe, experta en cacao, chef del local, hacedora de bombones y autora del delicioso libro Cacao y Chocolate en Venezuela, publicado hace apenas unos días por El Nacional.
Una de las grandes virtudes de Chocolate San José —perteneciente al Grupo Cacao San José, fundado en 1830— es la honestidad de su producto. Ofrecen tres variedades de tabletas, todas 70% de cacao:

CANOABO
Del Estado Carabobo. Aromas a crema de leche, dátiles y almendras. Gran persistencia.

CARENERO SUPERIOR
De la Región de Barlovento, Estado Miranda. Aromas a higos seco, uva pasa y anacardos. Gran personalidad.

OCUMARE 61
Del Valle de Ocumare, Estado Aragua. Aromas a crema batida “chantilly”, especies, mermelada de cereza y avellanas. Redondez exaltante.

A diferencia de muchos chocolates estos contienen tan solo cacao y azúcar, lo que los convierte en un manjar para gourmets capaces de apreciar que cierta rugosidad —que es ausencia de grasa— es sinónimo de calidad. María Fernanda comentaba justamente que estábamos en presencia de una cata de lujo, con unos chocolates que muy pocos especialistas en el mundo han trabajado y probado. Y ciertamente por primera vez degustaba yo un Canoabo, cuya combinación de sabores es casi inexplicable.


Entre trozo y trozo el paladar se deslizó por las oxigenadas aguas de OGO que, mucho más allá de “limpiar” y preparar la boca para el próximo trozo de chocolate, cumplió a cabalidad oficios de armonía. Por tener 35% más de oxígeno que cualquier agua gasificada, OGO posee personalidad propia. Luego del Canoabo se sentía incluso dulzona, con dejos de frutas cítricas. Ya la había probado con los maravillosos cafés de Carbone Espresso y me pareció que jugaba un rol importantísimo, que no debía tomarse como cualquier agua y que incluso merece ser catada y disfrutada como el mejor de los elixires.
La cata llegó a su clímax con un suculento bombón de naranja de la tienda Kakao, armonizado —¿maridado, empatado?— con un Oporto Tawny de la reconocida marca Barros. ¿Qué más se puede pedir?
Y sin embargo hubo un final aún más feliz. Rifaron aguas OGO y una caja de bombones de Kakao que tuve el honor de traerme a casa, sintiéndome invicta, feliz, doblemente premiada por Alianza Gourmet, la #WineTrivia y el destino, no siempre bondadoso mis martes.

Chocolate San José puede adquirise en la tienda Kakao, en Fresh Fish, Fundación Tierra Viva , Iskia, Café Arábiga, La Praline, Gourmet Garage, entre otros y a través de la página web de la empresa (Aquí)

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